miércoles, 14 de noviembre de 2007

Procesos electorales y la espiral del silencio (D'Adamo)

Noelle-Neumann sostiene que en situaciones de división colectiva de opiniones, los medios tienen la capacidad de generar un "clima de opinión" favorable a alguna de las tendencias concurrentes. Como resultado, se obtiene una visión amplificada acerca de la popularidad que goza la tendencia favorecida, al tiempo que aquellas que reciben menos publicidad se perciben como minoritarias.

Para explicar el fenómeno, la autora retoma las ideas pioneras de Walter Lippmann respecto de las diferencias entre las percepciones que se forman las personas acerca de los distintos eventos, según la información con la que cuentan provenga de primera mano o de otras fuentes como los medios de comunicación de masas.


Lang y Lang habían anticipado que "... al filtrar, estructurar e iluminar ciertas actividades públicas, el contenido de los medios de comunicación no se limita a transmitir lo que proclaman los portavoces de los partidos y lo que dicen los candidatos. Toda noticia... tiene una relevancia de cara al voto. No sólo durante la campaña, sino también en los períodos intermedios, los mass-media aportan perspectivas...".


Lippmann sostenía que el mundo real con el que tenemos que lidiar políticamente es "... demasiado grande, demasiado complejo y demasiado fugaz como para poder conocerlo directamente. No estamos preparados para afrontar tanta sutileza, tanta variedad, tantas permutaciones y combinaciones. Y aunque tengamos que actuar en ese medio, debemos reconstruirlo en un modelo más sencillo antes de poder afrontarlo..." Para que este proceso de construcción de mapas mentales pueda tener lugar, los medios de comunicación de masas operan una reducción de la complejidad y reconstrucción de las imágenes. Aquí es donde cobra particular sentido y relevancia el concepto de "portero" (acuñado por Lewin), dado que toda la información que llega a la audiencia es el producto de una larga serie de selecciones o filtros dobles y triples.


En ese proceso se privilegian temas que pueden ser presentados sin contradicciones, lo sorprendente, lo que pueda producir identificación con el espectador gracias a la proximidad física o psicológica del del evento, lo que afecta personalmente y lo que tiene consecuencias para la audiencia. Lippmann denomina a esos criterios como "valores de la noticia" que intervienen activamente en los procesos de selección. Como los medios tienden a una cierta identidad de criterios de selección, se va creando un consenso en las informaciones que se transmiten que incide en las percepciones del público. En este sentido, los medios limitarían tanto la percepción selectiva de los individuos como sus capacidades para generar juicios independientes: porque llevan a la sobrerrepresentación de las opiniones dominantes, lo que dificulta el surgimiento y desarrollo de posiciones y puntos de vista alternativos. Se introduce por medio de esta última cuestión, de manera directa, la temática relativa a la capacidad de los medios de comunicación para efectuar la selección de temas y de estructurar la atención de la opinión pública en torno a ellos. El establecimiento de la agenda.

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